La motivación como clave del éxito
profesional.
La
palabra “motivación” proviene del latín “motus”, que significa “movido”, y de
“motio”, que expresa “movimiento” y hace
referencia a las diferentes persuasiones que hacen de cierta forma mover a la persona,
para llevar a cabo en su totalidad una
tarea o bien pues, alcanzar una meta determinada, trazada por ella misma. En
este sentido, la motivación está ceñida a la voluntad y el interés.
La
motivación entonces, es aquel impulso que lleva a actuar y que obliga a
nosotros, los seres humanos, poner más empeño en nuestras labores, lo cual nos conlleva a un
producto final: el de alcanzar metas, lograr sueños y superar obstáculos. En
una organización (empresa), un trabajador o, mejor un subordinado, con este
impulso tiene como objetivo el avanzar y crecer, mejorando así, tanto su
calidad de vida como la de su misma familia.
En
la actualidad, esta valiosa e importante herramienta, es considerada como la
clave en el mundo de la administración de personal, por lo que es de mera
importancia entenderla y más que eso, dominarla y saber aplicarla, pues
dependiendo de esto, es que la misma empresa se verá en la capacidad de crear
una cultura organizacional fuertemente constituida. La mala o la no aplicación
de métodos como el “motivar”, es uno de los detonantes para la desintegración
de cualquier organización, pues la unión de todos los miembros, se da gracias a
que todos desean culminar una meta, logro o sueño en común. La sed de alcanzar
metas propuestas por ellos mismos y por ende, también de la misma empresa, son
las que fomentan la activación del personal e incitan a ‘dar más de lo que han
dado’, logrando mejores circunstancias tanto laborales como profesionales.
Se
sabe que, en toda organización bien constituida existe una persona que encabeza,
o mejor, representa la empresa. Es la persona que a sus hombros lleva la
autoridad de la gestión y dirección. Esta persona no tiene solo como objetivo
subordinar, sino poner en marcha la empresa de forma propicia. Para lograr
esto, debe hallar la forma de ‘hacer mover’ a su personal, que sencillamente se
da después de conocer la cultura de sus acompañantes, miembros o profesionales
constituyentes de la organización y, además, identificar los impulsos y
necesidades de sus colaboradores para de cierto modo, adiestrar estos impulsos,
para llegar a un mejor desempeño en su labor. Todo miembro de la organización,
es pieza importante de la misma, por ello, el gerente debe hacérselos saber.
Utilizar métodos de incentivación por medio de recompensas, por ejemplo, es
estar diciendo ‘eres bueno para nosotros’. De esta forma entonces, el individuo
sabrá que lo que hace y cómo lo hace es aceptable, así pues, su esfuerzo y
convicción seguirán en pro de su desarrollo tanto profesional como personal.
De
esta manera, la motivación se le puede connotar como un factor importante en
cualquier organización, puesto que ésta permite amaestrar el esfuerzo del
individuo hacia ‘el alcanzar’ los objetivos planteados por la persona y por la
organización.
Aunque
el éxito profesional no solo está regido por la motivación, ya que existe otros
elementos que deben estar integrados en cada miembro, como lo son el compromiso
y la capacitación, está claro pues, que la motivación es la causante del desarrollo
y mejora de estos y otros elementos .
Ahora
bien, cabe destacar que todo guía, gerente que encabeza una
organización, está en la tarea de acudir a métodos de motivación, ya que de
esta forma se creará un ambiente el cual su epicentro está en el insistir,
persistir, no desistir y dar lo mejor de cada uno, logrando así como producto
final el desarrollo, cumplimiento, y evolución de ambas partes, es decir,
miembro y organización.
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